Mi reflexión

Para revertir esta situación debemos conocer cuales son las condiciones en las que crecen estos niños; les falta comprensión, amor, protección, es decir una mejor calidad de vida, hay que darle una esperanza a estos niños. En estos chicos marginados se instaura la impunidad como cultura y la corrupción, que denota miseria moral, a la vez que produce miseria económica. Son sujetos desesperados que encuentran una escapatoria en las drogas o en conductas autodestructivas. Los derechos de estos niños no son respetados muchos de ellos ni siquiera tienen identidad cuando nacen, no tienen acceso a la educación, a la salud o a programas de protección. El entorno de estos niños es violencia, malos tratos y son explotados de muchas maneras. Todo esto amenaza a su futuro como adulto, no tendrán participación en la sociedad a la que pertenecen pero de la que son excluidos porque sus familias han sido excluidas: la comunidad, el gobierno, los medios de comunicación, la sociedad civil los excluyen. Esto sucede en todos los países por igual, industrializados y en desarrollo, los chicos en y de la calle son un síntoma social de la falta de trabajo que ha pasado a ser en la sociedad un bien escaso y precario. Cuando un niño comete un delito la única solución es encarcelarlo.

Debemos tomar conciencia del valor que estos niños tienen para nosotros, para la sociedad, y la contribución que podemos dar para resolver esta situación. Estos niños al igual que todos tienen sueños les gusta el presente pero quieren un futuro diferente por momentos desean dejar la vida en la calle. Esta vida que llevan le genera un deterioro físico y emocional que no les permite proyectarse al futuro y tomar la decisión de modificar su vida. Se podría pensar en tomarlos por la fuerza y llevarlos a distintos centros para que vivan allí de manera obligatoria para desintoxicarse y alejarse de su ambiente callejero pero creo, y creo que estoy en lo cierto, que esto solo lo pueden hacer organizaciones capacitadas, desde lo individual solo se pude seguir trabajando como lo venimos haciendo; dando a conocer la dramática situación de los niños de hoy y del mañana, no debemos bajar los brazos y seguir insistiendo contando la historia actual de nuestro país contando la historia de Los Niños de la Calle…